Header Ad

Categories

Most Viewed

Derecho al honor vs el derecho a la verdad

Un análisis a la columna de la Doctora naasonita Sara Pozos.

Por Moisés de la Fuente B.

¡Qué aflicción les espera, maestros de la ley religiosa y fariseos! ¡Hipócritas!
Pues son como tumbas blanqueadas: hermosas por fuera,
pero llenas de huesos de muertos y de toda clase de impurezas por dentro. 
Por fuera parecen personas rectas, pero por dentro, el corazón está lleno de hipocresía y desenfreno.

Mateo 23:27-28

No es difícil captar el verdadero mensaje de la doctora Sara Pozos en su última redacción para su columna en Milenio Jalisco, aunque parece que la estrategia ahora es disfrazar lo que antes hacía de forma descarada: publicitar la fe de la secta a la que pertenece (La Luz del Mundo) y defender con sus líneas todo lo que considere “ataque” contra ella, especialmente, contra su líder y dueño, Naasón Joaquín García, el “apóstol” preso actualmente por delitos sexuales en Los Ángeles.

Con el permiso de la libertad de expresión que Sarita tan amablemente detalla, me daré la libertad de completar su mensaje tal como lo concibió en su mentecita naasonita. Disculpen si suena peyorativo, no lo es. La realidad es que, a pesar de tener los estudios que tiene, todo el universo de conocimiento lo reduce al pensamiento de la secta en la que milita; y en sus continuas redacciones se esfuerza por convencernos de su versión, faltándonos el respeto a quienes alguna vez militamos activamente en la secta y que sabemos perfectamente que miente para hacer parecer que esta asociación religiosa es el mismo cielo en la Tierra.

Comencemos…

Nuestra rutina cotidiana se ha visto últimamente alterada por notas y noticias, impresas o en redes que publican los medios sobre La Luz del Mundo y su líder preso por delitos sexuales. Por supuesto, no se ha hecho esperar la respuesta de los organismos oficiales de la secta y de sus defensores que actúan por iniciativa propia. En ambos lados hay quien publica lo que les conviene, lo que les interesa publicar, sin importar que se sesgue la noticia. La mayoría de medios lo hacen con profesionalismo, otros no; sin embargo, la respuesta del Consejo de Obispos de LLDM (órgano de mayor jerarquía después de Naasón), se esfuerza por descontextualizar y torcer la realidad aunque su obligación debería ser actuar con parámetros éticos cristianos, si es que realmente fuera una iglesia cristiana.

Los líderes de La Luz del Mundo hacen ver hacia el interior de sus congregaciones a las noticias como “tendenciosas y sesgadas”, alegando que se atenta contra el derecho al honor y la vida privada de sus personas, especialmente contra la vida de su líder Naasón y los miembros de su iglesia acusados, presos o no. Según la versión de la cúpula naasonita, el proceso judicial que está enfrentando Naasón, es una “hoguera” cuyo fuego es atizado al puro estilo de la inquisición católica, pero ahora, de forma mediática. La realidad es que La Luz del Mundo jamás en su historia se ha preocupado por situaciones semejantes en otros ciudadanos que hayan pasado los mismos procesos, pero ahora, como el acusado es nada menos que su líder, la noticia sobre estos procesos penales son “inquisitoriales mediáticos”. Qué casualidad.

Naasón Joaquín, como sujeto vinculado a proceso, según Sara Pozos, es “culpable porque así lo mandatan los medios”. Sin embargo, hasta donde se puede investigar, ningún medio informativo internacional o nacional de prestigio en su labor de informar, ha declarado CULPABLE al “apóstol” referido. Y en todo caso, cuando así ha sido, cualquiera que haya sido la razón, Silem García en su calidad de vocero oficial ha saltado desde su trinchera para exigir la corrección bajo el derecho de réplica.

También hay que subrayar que cuando ha existido alguna agresión o discriminación en contra de alguno de los fieles luzmundanos, el aparato legal de la secta ha hecho su trabajo acudiendo a las autoridades, en ocasiones exagerando los hechos y los números (en lo que son especialistas) para declararse víctimas de discriminación a “lo largo de su historia”.

Lo cierto es que ni Naasón ha sido declarado culpable por los medios de comunicación, ni los fieles de La Luz del Mundo han sido significativamente discriminados o segregados por sus creencias. Los procesos penales son contra unos cuantos líderes, ya sea por delitos sexuales o financieros. Sin embargo, es oportuno aclarar que entre mayor es la cobertuda de los medios sobre las doctrinas y prácticas del líder de La Luz del Mundo, la opinión pública se pregunta más si las creencias de esta religión son inocentemente cristianas o develan una red organizada de esclavitud sectaria.

Los que no reconocemos a Naasón como inocente somos aquellos que viviendo la fe luzmundana de alguna forma, de cerca o lejos, en persona o a través de familia, como víctimas, ministros o amigos, conocimos las doctrinas que dan origen a las prácticas de las que se le acusan y que no solo se circunscriben al “apóstol” actual, sino a los “ungidos” anteriores a él, es decir, a Samuel y a Eusebio Joaquín. No, no podemos reconocerle honorabilidad, porque el honor no se da, se tiene y se reconoce, pero es imposible reconocerle a Naasón algo que nunca ha tenido.

La Luz del Mundo se encuentra en el ojo del huracán, en el escrutinio de la opinión pública. Todo ello detonado por los presuntos delitos sexuales por los cuales fue hecho preso Naasón hace casi dos años. De hecho, desde un mes antes ya era noticia-escándalo en los medios de comunicación y en las redes sociales, por el homenaje hecho en su honor en Palacio de Bellas Artes. Desde ese entonces y hasta ahora, los líderes de la secta -y voceros como la Pozos- se han preguntado: “¿Qué podríamos hacer para detener toda esta información que fluye y afecta considerablemente la imagen de nuestro líder y de nuestra iglesia?”. La respuesta fue, “primero, declararnos víctimas de discursos de odio, discriminación y segregación”, einmediatamente después: “promovamos, mediante los políticos que tenemos infiltrados en los gobiernos, que se legisle sobre estos derechos al amparo de los instrumentos de derechos internacionales, de derechos humanos y de la Constitución Política de México” con el pretexto urgente de “garantizar la convivencia social de todos los mexicanos”.

Por poco me persuade Doña Pozos, pero la realidad es que no todos los mexicanos somos naasonitas (gracias a Dios), y que la gran parte de las iglesias evangélicas en México no son famosas por sus escándalos sexuales-financieros. Queda claro que lo que busca LLDM es legislar a su favor, para poder continuar con sus prácticas sectarias sin ser vigilados por las autoridades, exhibidos en sus creencias por grupos cristianos, ni evidenciados por los medios ni las redes sociales.

Sobre los discursos de odio tan repetidos por los escritores, voceros y líderes de LLDM, queremos informarles que es literalmente imposible que los que hemos militado en las filas de la secta callemos ante su victimización. El DISCURSO de ODIO no solo es una más de las doctrinas fundamentalistas de La Luz del Mundo y práctica habitual, si no que esta doctrina precisamente ha dado cimiento a su crecimiento y expansión. En este mismo blog tenemos un artículo donde demostramos que desde sus inicios, la secta ha despreciado, satanizado y desacreditado a todas las religiones que no piensan como ella.

LLDM como cualquier secta en la historia, seguirá buscando legitimarse aunque para eso tenga que mentir, contradecirse, ocultar evidencias y torcer la verdad. Las sectas cristianas son como dijo Jesús, hermosas por fuera, atractivas, con bellos templos, grandes coros y espectaculares liturgias, pero llenas de huesos de muertos y de toda clase de inmundicia por dentro. Por fuera, sus líderes parecen personas rectas, pero por dentro, el corazón está lleno de hipocresía y desenfreno. Mateo 23:27

Hermano de La Luz del Mundo, ¿hasta cuándo permitirás que se sigan burlando de tus sentimientos y de tu inteligencia? Recuerda que toda tu sinceridad jamás podrá hacer verdad a una mentira.

Dios te dio inteligencia, ahora solo falta que te dé el valor.

    Leave Your Comment

    Your email address will not be published.*